Ante el pronóstico de un descenso de la población, el gobierno impulsa una comisión que estudiará políticas públicas para revertir la tendencia.
La realización de un nuevo censo en Uruguay está próximo a terminar y una de las conclusiones a las que llegará el estudio es que la población del país no superará las 3,5 millones de personas. Es uno de los datos que el director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Diego Aboal, adelantó: “Es una tendencia mundial. Hay problemas poblacionales que indicarían que para toda América Latina, para el 2060, la población empezaría a caer. Uruguay ya llegó a esa situación”, explicó en una entrevista con El País.
Algunos estudios, que se realizaron en el marco de la reforma jubilatoria que aprobó en abril en Uruguay, indican que la población crecería hasta el 2040 cuando alcanzaría los 3,54 millones de personas, pero que a partir de ese año comenzaría a descender hasta ubicarse en 2,8 millones en 2100.
Ese dato llamó la atención del diputado del Partido Colorado Conrado Rodríguez, que promovió la inclusión de una Comisión de Expertos en Política Poblacional que sirva como “hoja de ruta” para la revertir la baja de la natalidad en el país, informó este diario uruguayo.
La iniciativa fue incluida en la Rendición de Cuentas del gobierno de Luis Lacalle Pou, que ya se aprobó en la Cámara de Diputados y se discute en el Senado.
La comisión deberá examinar los efectos de la dinámica demográfica actual y las políticas destinadas a disminuir los impactos negativos que implican que la población no crezca. De concretarse, tendrá a su cargo el análisis de experiencias que pueden haber resultado exitosas a nivel internacional para, finalmente, efectuar recomendaciones a las autoridades, con la intención de que se conviertan en leyes. La comisión estaría bajo la órbita de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Rodríguez declaró a El País que la comisión deberá discutir qué cambios hubo a nivel social y cultural, si son suficientes las políticas públicas destinadas al cuidado de los niños y si eso afecta la decisión de las familias a la hora de tener hijos.
El grupo de expertos también deberá considerar qué factores económicos condicionan esta decisión, o si es necesaria una política que facilite una nueva “oleada migratoria” y si el Estado debe ser el que la tiene que impulsar.
“Uruguay debe trazar con seriedad una hoja de ruta de largo aliento, que implique tratar este tema a través de una verdadera política de Estado”, expresó Rodríguez. “Sería la primera vez en mucho tiempo que se estudien herramientas para promover el crecimiento poblacional que impulse la sustentabilidad del país”, consideró.
Todos los expertos que sean designados para integrar la comisión deben tener una “notoria idoneidad” en temas demográficos, educativos y de salud. También en asuntos de inmigración, economía y sobre los sistemas previsionales.
Otro dato que refleja esta caída en la tasa de natalidad es la comparación en la cantidad de nacimientos. En 1996 (cuando entró a regir la última reforma jubilatoria de Uruguay), nacieron 59.000 bebés, mientras que en 2021 fueron 34.600.
Aboal, el director del INE, coincidió con esta propuesta. “Seguramente no haya tema más importante para el Uruguay en las próximas décadas que pensar qué implica esta transición demográfica para las políticas públicas”, expresó.
Los resultados del Censo 2023 también muestran que hubo un crecimiento “importante” en algunas localidades de Uruguay, como Ciudad del Plata, ubicada en el departamento de San José, a 30 kilómetros de Montevideo. Este aumento se explica por personas que trabajan en la capital y viajan todos los días desde allí.
Otro cambio de tendencia que se reflejará en el resultado será cómo se trasladó la población uruguaya dentro del país, un movimiento que lo convierte en una suerte de “cáscara”, donde “los bordes pasan a ser más densos y las zonas centrales menos densas”. El censo, entonces, mostrará que la población no creció demasiado sino que hubo una “migración interna”.
Fuente: Infobae